Nueva York: REHACER y NO HACER el Espacio Público
La administración de Eric Adams en Nueva York ha adoptado una postura decidida en la redistribución del espacio urbano, alineándose con los principios de n'UNDO al priorizar la suficiencia y la resiliencia.
REHACER (Redistribución Estratégica)
El núcleo del plan consiste en rehacer el espacio ya existente, sin construir nuevas calles, para favorecer a peatones y transporte público. Un ejemplo claro es el compromiso de reducir en un 25% el espacio público destinado a automóviles, reasignándolo a usos más esenciales. Esta lógica se aplica también a la transformación de la Quinta Avenida —entre Bryant Park y Central Park— donde se han reducido carriles de tráfico para ampliar aceras y crear bulevares peatonales, reflejando que el 70% de las personas son peatones, aunque antes ocupaban menos de la mitad del espacio.
NO HACER (Detener la Inercia Vial)
Aunque la intervención se percibe como un rehacer, también implica un no hacer estratégico: no seguir ampliando infraestructuras para coches. La administración rechaza soluciones tradicionales como más carriles o aparcamientos, reconociendo que la mejora del aire y la seguridad pasa por limitar el crecimiento del tráfico. Esta visión se refuerza con el plan Vision Zero, que apuesta por no diseñar más calles peligrosas, sino rehacerlas para evitar muertes por colisiones, en un gesto ético y resiliente.
En resumen, el caso de Nueva York demuestra cómo una gran ciudad puede enfrentar desafíos globales —como la seguridad vial, la contaminación y la calidad de vida— mediante una resta estratégica del espacio destinado al automóvil, para rehacer una ciudad más habitable, equitativa y centrada en las personas.