Las siete lámparas de la arquitectura. John Ruskin
El pensamiento de Ruskin, enfocado en el valor ético y moral de la arquitectura gótica frente a la industrialización y la falsedad victoriana, resuena profundamente con la necesidad de restar el exceso hoy en día.
NO HACER (El Rigor de la Resta)
El principio de NO HACER —evitar el crecimiento insostenible y limitar el exceso— está en la base de la crítica de Ruskin a la construcción frívola. La Lámpara de la Verdad recuerda que la arquitectura no debe mentir sobre los materiales, la estructura o el uso. Implica el NO HACER adornos innecesarios o falsificaciones baratas, como el hierro fundido imitando piedra. Para n’UNDO, esta idea se traduce en el NO HACER proyectos o expansiones que falseen su viabilidad ecológica o social. La Lámpara del Sacrificio pide construir lo justo, pero con la mejor calidad y con la dedicación de tiempo y mano de obra. De forma implícita, señala el NO HACER construcciones rápidas y de baja calidad que solo buscan el beneficio inmediato.
REHACER (La Activación y Puesta en Valor de lo Existente)
El REHACER de n’UNDO —la transformación estratégica de lo existente— refleja las lámparas de Ruskin centradas en la historia y la permanencia. La Lámpara de la Memoria defiende que los edificios deben ser monumentos que cuenten la historia de la sociedad que los levantó. Es una invitación directa al REHACER: no demoler la arquitectura histórica, sino valorarla, repararla y darle continuidad para que la ciudad conserve su memoria. Implica una responsabilidad activa sobre el stock edificado. La Lámpara de la Vida elogia la arquitectura que lleva la huella del artesano, el detalle y la imperfección. Al REHACER estructuras, se les insufla nueva vida y se les permite adaptarse, respetando su historia en lugar de sustituirlas por algo nuevo y estandarizado.
DESHACER (Eliminación Ética y Restauración)
El DESHACER de N’UNDO —eliminar lo tóxico, lo obsoleto o lo excesivo— se vincula con la integridad y el respeto hacia la obra arquitectónica. La Integridad de la Restauración, recogida en los escritos posteriores de Ruskin, se opone a la restauración agresiva o especulativa de monumentos. Su filosofía se resume en una idea contundente: “Presérvala con todo cuidado, y en el momento que te veas forzado a tocarla, hazla desaparecer por completo” (paráfrasis). Esta postura es un llamado al DESHACER con honestidad: si una obra no puede rehacerse con integridad, preservando su verdad y memoria, es mejor dejarla como está o, en última instancia, reconocer su fin antes que destruirla con una falsa restauración.
En esencia, Las Siete Lámparas es una crítica al exceso y la falsedad, sentando las bases morales para un urbanismo que se enfoca en el rigor del juicio antes que en la inercia de la construcción, haciendo que el pensamiento de Ruskin sea un precursor ético del n'UNDO.